Habrá sido una noche de angustia digo yo. Y es que el poder tiene el mismo magnetismo sexual que se apodera de los sentidos de un violador; lo ciega el perfume de burdel, lo lleva redondito a la carne. Será por eso que Álex Kouri -por fin- decidió sacar su entrada en La Nené, abandonar de una buena vez el colchón fujimorista, calatearse, morderse los labios de las ganas, meterse a una nueva cama, y esperar ese orgasmo político después de oficializar -hoy- su candidatura por el partido Cambio Radical de José Barba Caballero.
Y es que la prostituta de la política es así. Y José Barba Caballero parece un buen auspiciador, -cuartelero, regente, caficho y todas las etcéteras utlizables- o lo que se llame a este nuevo oficio de alquilarle la placenta a cualquiera que signifique una opción elegible en cualquiera de las elecciones políticas en nuestro país. Es una pena, pero uno lo tiene que decir así, en medio de una atmósfera putañera que nos ofrece cualquier prostíbulo barato de media noche.
Álex Kouri es el mismo que además, incluye en el lupanar de la intimidad, al actual alcalde de San Juan de Lurigancho, Carlos Burgos Horna, quien pretende reelegirse en este sufrido distrito al que no rinde cuenta de sus gastos, donde se arroga obras que no le pertenecen -como sus más de 2 millones de árboles invisibles-, donde utiliza los serenos del distritos para sabotear los partidos políticos ajenos, apalearlos, arrancarles sus pancartas u ofrecerles favores municipales a los domicilios que le permitan colgar su foto de campaña.
El actual alcalde de San Juan de Lurigancho hizo una millonaria campaña publicitaria junto al alcalde de Lima, exhibió las mejor de sus poses con Luis Castañeda Lossio en gigantescos paneles, y después se vistió y se fue por una mejor opción. Burgos y Kouri son asiduos, similares, parecidos, clones perfectos y claro, de hecho que van a compartir la placenta. Y como son parecidos, símiles serán sus gestiones. Qué puede hacer Kouri en la alcandía de Lima por la seguridad ciudadana si en el Callao, dónde aún es Presidente Regional, ha mostrado su incompetencia. Los Barracones son el nido de sicarios, secuestradores, drogas y delincuencia.
Carlos Burgos prefirió a Kouri y cambio le ofreció el distrito como punto de presentación oficial de su candidatura. Le ofreció seguramente una portátil -de más de 10 mil comprometidos- que lo hará creer que es el mesías y mientras escribo esto, la cuadra 1 de la avenida Próceres debe estallar de júbilo desinformado, curiosos esperando regalos o lo que venga de regalo si que hay lo mismo que Kouri en el Callao: arroz baratito para los pobres -y olor a Fujimori.
Esto de alquilar un partido político es el negociazo del siglo. Hace poco hemos visto cómo José Barba Caballero le ofreció el vientre a Jaime Baily para que postule a presidente -aunque Jaime se lo hubiera ofrecido a un mejor postor-. Y ya sabemos que Cambio Radical fue aliado de Lourdes Flores -hizo campaña por ella creyendo que llegaría al poder en el 2005-. Y se fue por la puerta falsa cuando se cuestionó que su movimiento estaba inscrito con firmas falsas. Vergonzoso.
Lo mismo pasa con el ex fujimorista Felipe Castillo y su partido Siempre Unidos que hasta hace poco, le ofreció al presidente regional y amigo de Montesinos, Alexander Kouri, postular a la alcaldía de Lima. Pero se quemó y el roche termina como la sífilis y otras enfermedades sexuales que extrañamente sí tienen cura en la mente de los peruanos.
La política decente en el Perú es una letanía continua -y eterna-. El género de los partidos políticos de hoy en día es asexual, homosexual, transexual, lésbico, hermafrodítico, desvíado, y como el sida, parece no tener cura. Todos se arriman a la misma cama, se acuestan entre todos, coquetean, se van, vuelven, se lamen, se repelen, se vuelven a lamer; toda una orgía romana.
Si no aguaitemos los expedentes de la Coordinadora de Nacional de In-dependientes, de Drago Kisic, que se jaló una vez a los disidentes de Unidad Nacional -Solidaridad Nacional, Cambio Radical, Partido Popular Cristiano y Renovación Nacional-. Después creo fue el Frente de Centro con Somos Perú y Acción Popular. Mutó a Todos por el Perú, y de ahí todos no sé dónde se quedaron porque son tan enredados como una pelea de pulpos.
Acuérdense de UPP de Pérez de Cuellar. Se quedó después con José Vega, y por ahí pasó Ollanta hasta que se peleó con sus bases. Por el momento la última gran entrada a la orgía romana política es de Jaime Salinas -candidato antes para Presidente de la República por Justicia Nacional-, que a partir de hoy comparte la almohada -también política- con Lourdes Flores.
Como estos hay por montones.
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