domingo, 26 de agosto de 2018

Miedos innecesarios


Estos últimos días Ricardo Belmont se volvió nuevamente la figura mediática tras su discurso de rechazo a la llegada indiscriminada de venezolanos al Perú. Se ha dicho tantas cosas en nombre la opinión pública que lo único que se logra todo el tiempo es inventar miedos y dudas en la población. No estoy de acuerdo con la etiqueta de xenofobia que le han puesto a sus palabras. No hay xenofobia sino estrategia política y fría sinceridad para posicionarse como candidato a la alcaldía de Lima. El señor Belmont no está de acuerdo con la llegada indiscriminada de venezolanos al Perú. Lo que suena demasiado insensible frente a la imagen de inmigrantes llaneros durmiendo a la intemperie en Tumbes. Claro no está de acuerdo a la llegada libre y sin registro de parte de las autoridades locales. Y está bien. Se debería tener un control más detallado de la presencia de venezolanos en el Perú. Belmont también ha dicho: Que se defiendan solos, porque si no la pelean allá se viene acá, a que nosotros, que somos tan buenas gentes con los extraños les vamos a dar nuestras casas… van a quitarnos el trabajo... Bueno, Belmont está en campaña, es entendible. Pero lo que dice es exactamente lo que sucede. Los venezolanos aquí se defienden solos. Nadie les regala nada. Trabajan desde muy temprano, venden de todo y todo lo que pueda venderse con tal de ganar honradamente su dinero. Están en todas partes. Y no vienen a quitarle trabajo a nadie, ese es un miedo popular. Ellos vienen a ocupar un trabajo que tal vez otros no aprovechan o que nos alcanza en oferta laboral. Esa fue una exageración del ex alcalde. Además de acuerdo a los expertos la presencia de ciudadanos venezolanos no llega ni al 1% de la PEA peruana. Hasta han comparado a Belmont con Trump, creando desde algunos medios y redes sociales, un miedo nuevamente innecesario que desinforma y arma inútiles primeras planas. Es bueno recordar que en sus declaraciones también prometió que en una posible gestión como alcalde, identificará a los migrantes y construirá un mercado ambulante para que trabajen. Para tener una idea de la cantidad de venezolanos en el Perú es bueno saber de acuerdo a Migraciones que hasta diciembre del 2017 se albergaba 100 mil venezolanos. Hasta el presente mes de agosto la cifra aumentó a 400 mil, y sólo una sexta parte de este número cuenta con el respectivo Permiso Temporal de Permanencia (PTP). Lo mejor sería, en vez de escandalizarnos por xenofobias invisibles y dramas para ver si debemos colaborar con los venezolanos, cuando hay peruanos que viven en extrema pobreza, colaborar simplemente y punto. Sin decir nada. Solo colaborar con quienes se puede. Peruanos o migrantes, conocidos o desconocidos. Colaborar simplemente antes de perder el tiempo comparando inutilidades.

CDH/EQM 25/08/18

domingo, 24 de junio de 2018

Y siempre los críticos

Resultado de imagen para ERU EN RUSIA 2018
Que aparezcan críticos que odian lo que otros disfrutan sólo porque no son completamente felices o mejor dicho, no están de acuerdo con la felicidad de otros, no es novedad. Esto siempre ha pasado. Y más ahora con la fiebre futbolística que nos llevó hasta Rusia, a pesar de la breve y notable exhibición que tuvo la Selección. Aquí en el Perú sufrimos siempre el mismo debate. Es cierto que después de 36 años hubo un desborde sin precedentes  de emociones, y es entendible. El futbol es una ciencia de quienes la viven y si eso los hace felices pues bueno. Hay que respetar eso. No se es más creyendo que preocupándose públicamente de la situación social y política del país se es mejor ciudadano frente al hincha que disfruta sólo el fútbol y los partidos del mundial. Se es mejor persona cuando respetamos lo que otros disfrutan a pesar de estar en desacuerdo. Por qué voy a criticar a los que alientan con euforia a la selección, o a quienes no les interesan las inutilidades de una clase política. Personalmente no soy de ver fútbol. Pero hay que reconocer lo emocionante que fue ver a muchos llorar hasta las lágrimas cuando la bandera peruana aparecía enorme por televisión y cuando se cantaba el Himno Nacional antes del partido contra Dinamarca. De esto se hablará muchísimo luego. Tremendo juego. Y es cierto también que no es el único deporte, que hay otras disciplinas, que en la actualidad hay una sobrevaloración enorme para con los buenos jugadores, que hay casos de corrupción a nivel mundial en el plano deportivo, pero más allá de todo hay que reconocer que el momento actual es del fútbol nacional. Y lo que los jugadores han hecho, cada  uno, es hacer su trabajo y bien. Y esa es una gran lección. Hay que hacer cada uno su trabajo y bien. Gareca lo hizo. Convocó a los que verdaderamente querían hacer las cosas bien y se pusieron a trabajar. No es magia sino trabajo. Si el taxista que me debe llevar a mi destino hace su trabajo bien, si el funcionario, el médico o el que barre las calles, o el que atiende en la farmacia hacen su trabajo bien, entonces las cosas salen bien por el simple hecho de hacerlo. No por querer hacerse millonario. No se gana nada cuando se cree que quienes aman el fútbol son los culpables de la situación política del país. Si tan preocupados estamos por el Perú pues tomemos consciencia cada uno. Y tener conciencia también es aprender a respetarnos constantemente. Se construye mejor una sociedad cuando el cambio personal hace posible el cambio del entorno. Entonces cambia la familia, cambian los amigos que uno elige, cambia el lugar que habito. Se aprende a decidir por el camino correcto, lo que significa que el resultado de ello será diferente y por ende mejor. Hagamos el esfuerzo, dejemos las críticas. Vale la pena.

EQM-25/06/18