viernes, 20 de abril de 2012

Palos de ciego


Desde hace varios días y de manera silenciosa el gobierno viene evacuando a los pobladores de la zona de Alto Lagunas en el Cusco. Lo hace para iniciar lo que ha llamado una ofensiva militar que lo reivindique del ridículo de la Operación Libertad. Pero el gobierno no es realista. Pongámonos en el supuesto de que si las fuerzas militares ingresan a VRAE, bombardean y capturan al camarada “Gabriel”; vivo o muerto -a estas alturas eso ya es lo de menos luego de su insano discurso-.


Si eso ocurre inmediatamente veremos al presidente Ollanta Humala vestido de militar y en medio de una coreografía política con el anuncio de que los peruanos hemos vencido el terrorismo -tal como lo hiciera con el senderista “Alipio”-.

Cuántas veces se repite lo mismo. El problema de fondo no es el terrorismo; es el narcotráfico. Si no es Víctor Quispe Palomino, será su hermano o cualquiera de su familia identificada desde hace tiempo. Y si no es su familia ni sus terceros serán los poderosos carteles para los que trabaja Gabriel y sus huestes.
Son esas redes del narcotráfico las que en el 2007 dividieron la lucha en el VRAE entre la policía y los militares. Son esos oscuros poderes los que días atrás asesinaron al fiscal de Casma, Luis Sánchez Colona. ¿Por qué? Porque ordenó la intervención de 15 mil plantones de marihuana que estaban listos para cosechar en la zona de Yaután. Se la juraron y lo mataron. Se habla del cartel de Sinaloa.
Una provincia tan rica como Echarate no puede seguir con las penurias de una jungla subdesarrollada. Por qué la primera dama Nadine Heredia, tan modosita ella -cuando le conviene-, no escribe de nuevo en su twitter: ¿Tan difícil es acercar el Estado al VRAE?
El gobierno a estas alturas ofrece palos de ciego cada vez que reacciona. Se le acumula la mugre. Mintió cuando dijo que había rescatado a los trabajadores de las empresas concesionarias de Camisea. Los empleados fueron liberados por los mismos terroristas. Se arrogó una falsa victoria. Se calló la boca cuando los soldados en el VRAE fueron asesinados y abandonados cobardemente por su comando. Mintió de nuevo. Tres días después dijeron que estaban desaparecidos. Ahora los desaparecidos son el presidente Humala y la primera dama. Ni siquiera para repudiar las miserables declaraciones del camarada “Gabriel”.

Miente cuando dice que la operación libertad fue impecable.
El gobierno la pasa muy mal y peor el ciudadano de a pie. Humala no es capaz de reconocer que se equivoca y que mejor sería sincerar la realidad con el discurso y la voluntad de llegar a la población desnudando las politiquerías que traban la gestión. Fue su propio discurso sobre Conga lo que le arrastra al conflicto desde candidato. Anuncia un peritaje que lo explica bajo la sombra de una estafa pública y tratando a quienes tienen uso de razón como si fueran unos retraídos. El VRAE necesita un plan integral para acabar con los remanentes terroristas que trabajan para resguardas las rutas de la droga.

Así no se resuelve nada. Peor aún con unos ministros en Defensa e Interior, que nadie sabe para quienes trabajan. La verdad es que a estas horas nadie sabe dónde anda el premier Óscar Valdés o el ministro de Justicia, Juan Jiménez, o la titular del MIMDES, Ana Jara, o la primera dama luego que 4 personas fueran mutiladas por un patrullero de la policía. Si algo ha aprendido el presidente Humala es a mentir, y mal, a tener poses, a buscar la fotografía y escoger mal a sus ministros.


CDH/EQM