domingo, 16 de mayo de 2010

Desastre ecológico


Es un desastre ecológico. Son más de 1600 kilómetros cuadrados de mar cubiertos de petróleo. Alrededor de 400 especies de animales -incluyendo fauna y flora marina que comienzan a desaparecer-, miles de desempleados, alrededor de 5 mil millones de dólares en pérdidas y la catástrofe aún no se puede contener.

El segundo derrame de petróleo más grande de la historia causado por la explosión de la plataforma British Petroleum en el Golfo de México es la causante de esta hecatombe ecológica en Estados Unidos. Nos vuelve a recordar que la industrialización indiscriminada de nuestros recursos naturales tiene graves consecuencias para el planeta.

Y al parecer la política de Barack Obama, así como todos los países que practican experimentos nucleares, necesitan causar un daño irreparable, casi irreversible, para darse cuenta que explotar todos los recursos a su alcance no justifica sus crecimientos económicos ni de poder. Y ni siquiera parecen tomar conciencia del todo y creen que destinar una partida de millones puede facilmente resolver el asunto. Así lo hicieron y fracasaron con un primer contenedor de la marea negra que se hundió, y con con todos los diluyentes químicos para que el petróleo no avance los 50 km. que le falta para llegar a las playas de Luisiana.

Es el mismo Barack Obama quien el año pasado no firmó el tratado de Copenague para frenar el terrible cambio climático que ya cobra la factura en el mismo Estados Unidos -con nieve de metro y medio donde nunca la hubo-, en Brasil -donde los ríos y las lluvias inundan avenidas que no conocían esos estragos-, en Perú, Chile o Bolivia -donde los huaycos, los terremotos y las lluvias se llevan a la otra a tanta gente de la sierra- y en la mayoría del mundo.

El presidente Barack Obama ha dado en concesión gran parte del suelo marino. La British Petroleum ha sido una de las grandes favorecidas. Tres semanas atrás, esta empresa exploraba uno de los pozos submarinos en el Golfo de México, alquiló una plataforma, la Deepwater Horizont que debía perforar el suelo marino unos 4 mil metros por debajo, pero la presión del mar les jugó una mala pasada y las enormes tuberías explotaron dejando 11 desaparecidos.

Ahora las concesiones de exploración se han suspendido temporalmente, pero los camarones ya desaparecieron de los restaurantes, las nutrias y los pelícanos se mueren, las algas marinas están a punto de perder su fotosíntesis debido a la película de petróleo que oscurece el fondo del mar, las playas turísticas están desiertas, los pescadores no tienen qué comer y la industria marina de alimentos esta detenida.

De no aprender la lección esto se detendrá para toda la vida.

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