sábado, 3 de abril de 2010

¿Proyecto Olmos una estafa?

Ahora ya entendemos por qué el premier Javier Velásquez Quesquén andaba en bronca con la guapa Ministra de Economía Mercedes Aráoz. Por la rentabilidad del millonario Proyecto de irrigación Olmos en el desierto de Lambayeque.

La reciente denuncia del director de la revista Agronoticias y representante de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro) Reynaldo Trinidad Ardiles, deja en claro que Olmos es una estafa del gobierno aprista porque no cumple con dos de sus componentes inciales que son generar energía eléctrica y a la vez grandes caudales de agua para riego.

Lo que significa además que, aparte del costo elevado del recurso hídrico que resultará para los agricultores de Lambayeque, las aguas de esta mole apenas alcanzarán para irrigar 25 a 30 mil hectareas cuando deberían llegar a las 125 mil hectareas, tal como se concibió desde 1925 en el proyecto original hecho por el experto norteamericano Charles Sutton.

Todo este problema se inicia cuando el gobierno central decide atender el pedido del gobierno regional de Piura (aprista), que se oponía a la proyectada desviación de las aguas del río Huancabamba hacia Olmos, alegando que parte de éstas deberían servir para desarrollar el Proyecto Alto Piura. De esta manera, una parte del caudal del Huancabamba va para Olmos y la otra hacia el Alto Piura.

El proyecto inicial contemplaba desviar el río Tabaconas hacia el Huancabamba, con el fin de incrementar su caudal. Luego, en un punto de este río se debió construir una presa (Presa Limón), para almacenar alrededor de 150’000,000 metros cúbicos de agua y de allí, a través de un túnel de presión con 20 kilómetros de largo, debió derivarse el líquido hacia la parte baja, para generar una caída que permitiera construir una central hidroeléctrica con 350 megavatios de potencia.

Luego, esa misma agua debió ser derivada a través de otro túnel, con 14 kilómetros de largo, para posibilitar la construcción de otra central hidroeléctrica más pequeña y sólo después, el líquido debió ser canalizado hacia un reservorio para su distribución con fines de riego. Ahora, tras la alteración del proyecto original, como no hay suficiente agua para Olmos, la presa básica tiene sólo la mitad de altura de lo inicialmente proyectado, por lo que carece de suficiente fuerza hidráulica para viabilizar las dos centrales energéticas previstas.

Además Olmos en sí está chorreando en errores pues el Grupo Odebrecht que desarrolla el proyecto por iniciativa privada, en un afán de reducir costos para la viabilidad financiera del proyecto, ha modificado detalles técnicos como el traslado del agua del último reservorio, que ya no será por tubos bajo tierra, sino por canales de cemento a cielo abierto, que expone el líquido a robos, evaporación y caída de sedimentos.


Y eso, Javier Velásquez Quesquén no lo ha dicho.



CDH/EQM

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