Piensa
mal y acertarás. ¿Recuerdan el libro Petroaudios, de Gustavo Gorriti?
-No!
Bueno,
si lo recuerdan alguna vez, se darán cuenta que allí se publicó la
transcripción de varias de las interceptaciones telefónicas que Business Track
realizó y archivó de esta forma:
“Archivo
001: Las Ranas del Caballo”. Allí se oye conversaciones de Rómulo León y don
Bieto en las que mencionan al secretario de Palacio de Gobierno, Luis Nava
Guibert y al mismo Luis Alva Castro para hacerle llegar documentos sobre
posibles negocios.
¿Qué
negocios eran esos?
Esa
pregunta habría que hacércela a Guiselle Gianotti -la agente 99 de Busines
Track-, a quién hasta el momento no se le hace el interrogatorio necesario para
saber qué conversaciones eran esas, que por alguna extraña coincidencia, acaban
de desaparcer. Y que por otra extraña razón existe -menos mal-, una copia que
acaba de producirle una severa diarrea a quienes estarían involucrados en esas
grabaciones.
Las
primeras sospechas apuntaron primero hacia el Poder Judicial -que ya
sabemos es una coladera en materia de seguridad-. Después, como la copia de los
misteriosos audios la tenía el fiscal Walter Milla parecía que no había ningún
problema. Hasta que Javier Villa Stein, presidente del Poder Judicial, dijo que los
USBs de Gianotti que llegaron al Poder Judicial no eran los mismos que encontró
la Policía, y la Policía se puso saltona. Después nos pusimos saltones con
la Policía y el Poder Judicial cuando la jueza María Martinez se fue a
investigar el tema y le metieron candado a la puerta donde estaban los audios.
Para
complicar más las cosas, desde el Congreso, el congresista fujimorista Rolando
Souza quiere que anulen el proceso y que saquen a la jueza María Martinez. Y
para remate se presenta con la tía Rosa María Palacios, como si fuera el
abogado de Gianotti, que parece ser la única beneficiada con la posible
anulación de pruebas.
¿Por
qué el fujimorismo ahora quiere desaparecer las pruebas del caso Business
Track?
Será
porque quiere darle una manito al amigo que ahora necesita. Y ese amigo -político
o empresario-, ¿estaría en el gobierno? o metido en una cinta de audio
esperando desaparecer -para volver a aparecer en una copia que nadie sabe si es
una broma de Damián y el Toyo-.
Y
es que en este caso de Business Track todo anda de cabeza. Encuentran a un ex
auxiliar del Poder Judicial bajando musica con los USBs del chuponeo, hacen un
informe y se pierde entre millones de expedientes, chequean el cuarto de máxima
seguridad donde están arrimados los benditosUSBs, y resulta que ese cuartito
tenía media docena de puertas por donde, hasta el que repartía las empanadas,
entraba a buscar limón.
El
colmo. Aquí nos están metiendo el dedo.
CDH/EQM
CDH/EQM
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