En estas últimas semanas el fenómeno noticioso que se ha puesto de moda y llega -con el respeto que merecen las víctimas involucradas- al límite del hartazgo se llama Joran Van Der Sloot, el sicópata holandés que hasta el momento no devela el verdadero misterio de por qué asesinó a la joven Stefany Flores. Pero eso no es nuestro tema en este momento. Nuestro rollo es otro. Nuestra preocupación es saber que mientras el culebrón se estira, no nos enteramos de temas que antes del holandés estaban cual papas calientes en manos del gobierno.
¿Qué pasó con las demás pedidos de libertad condicional de varios presos pertenecientes a Sendero Luminoso? El caso de Osmán Morote Barrionuevo y Maritza Garrido Lecca por ejemplo. ¿Qué condiciones hay para su excarcelación tramitada desde meses atrás? ¿Qué pasó con la posible expatriación de la señora Lori Berenson que estaba en manos de presidente Alan García. En qué quedó su decisión? ¿Qué pasó con la venta del aerodromo de Collique? ¿Por qué no se investiga la venta de las 51 mil hectáreas de terrenos de la amazonía de Ucayali al miserable precio de 100 nuevos soles a un consorcio chileno?
Las coartadas noticiosas que le caen del cielo al gobierno aprista hacen pensar a veces que algunos ángeles parecen tener alas -peruanas- apristas, porque nunca Alan ha tenido tanta buena suerte en su primer gobierno como en este período. Por ejemplo; ¿se acuerdan de caso Abencia meza? Asesinan a una cantante, a un estilista y más de un mes con un culebrón novelero Aparecen los pishtacos y recrean un millón de historias símiles, se roban un pulmón artificial y el presidente Alan García hace de la travesura publicitaria una cuestión de estado durante un mes que nadie se acuerda de los nuevos petroaudios de Rómulo León, y sus faenones para defender, gracias a sus influencias, a un traficante de drogas.
Nadie se acuerda que dominicano Fortunato Canaán fue amigo de Alan antes que de Del Castillo, de las gollería del dictador Fujimori en prisón donde hace campaña por si hijita Keiko, de las denuncias de tráfico de terrenos, de las protestas al interior del país que a partir del mañana se podrían volver en conflictos sociales que paralizarían el país comenzando por La Oroya. Qué pasará con esos cientos de trabajadores que terminarían en la calle mientras el gobierno habla de crecimiento económico y empleo para todos. El tema del gas de Camisea -otro ejemplo- que al final parece irse hasta Chile mientras -como ya sabemos- en el mismo Camisea las abandonadas madres de familia prefieren cocinar a leña porque el balón de gas supera los 60 nuevos soles. Y esto sí que es imperdonable.
¿Qué suerte tiene Alan no creen? Primero fueron los pishtacos -aunque esa historia trillada sí me olía a pomada china. Qué tal cerebro de alguien para pensar que eran creíbles-, y el ministro Octavio Salazar avalando el asunto. Que porque la hoz y el martillo no estaban bien dibujaditas entonces no eran de Sendero. Para el señor Octavio Salazar el sendero de su carrera parece estar equivocado pues se equivocó de chamba, porque si en este país se roban una avioneta en Nazca y en ese diminuto aeropuerto no existe una sola computadora, fácil nos bombardean con un 11 de setiembre los narcoterroristas del Huallaga; sí, esos que se exhiben adiestrando niños en plena montaña y que medio país parece haber olvidado.
¿Y acaso nos hemos olvidado de los 44 portatropas de origen israelí que se querían revender al estado peruano para la zona del VRAE (Valle de los ríos Apurimac y Ene)? Cada portratropa nos sudaba 171 mil dólares, pero esos mismos fueron comprados por ejército al precio de 56 mil verdes. Este montón de chatarra sobrevalorada a la que sólo le habían cambiado la marca y la tuercas para revendérnosla, fue rechazada en el año 2007 justo cuando estaban por pasar por caja, pero menos mal que se denuciaron. Y de eso el ministro Salazar prefiere hablar mejor del holandés al que lo exhibe como si fuera un logro de su cartera.
¿Porque no estamos hablando de estas cosas, digo yo?
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