El puente roto en SJL

Lo que se acaba de derrumbar en San Juan de Lurigancho con el pomposo y tan publicitado puente Las Lomas, no es solamente sus estructuras y más de seis millones de soles que se los lleva el río Rimac -como gritaba patético y peliculero el candidato Ricardo Chiroque con el fin de ganarse alguito frente a las cámaras-, sino la credibilidad del alcalde Carlos Burgos quien es capaz de enfrentarse sin reparos a la vergüenza pública con el único fin de repetir su gestion.

El descrédito del alcalde de San Juan de Lurigancho es lo que se ha venido a menos en el distrito, eso se ha roto hace tiempo y por ende lo que le rodea, así como su campaña y el mismísimo puente Las Lomas, que estaba sin construir por mucho tiempo. El puente -ahora descalabrado- ha dejado oír su metáfora del reclamo -que no tiene nada que ver con los reclamos coincidentes de las portátiles que se colgaban cual plañideras a las que el refrán ordena: a llorar al río-.

Este puente Las Lomas que debía unir San Juan de Lurigancho con el Agustino se cayó, y se cayó antes de ser terminado y eso es una mala señal. Pero así no hubiera ocurrido el desplome, al terminar su ejecución igual merece pasar por una auditoría y determinar si la millonaria inversión le corresponde, y si la necesidad de la misma, junto con un par de puentes a lado -el de salida a Puente Nuevo y el puente Libertadores-, no estaba por demás, o si sólo fue proyectado con el fin de inaugurar demagogias electorales del alcalde.

Todo es posible...

Cuánto podrá descongestionar este puente el día que sea entregado si las salidas a las troncales principales de ambos distritos son un estrecho pandemonio vial especialmente en horas de la mañana, me pregunto. La Contraloría General tiene mucho que auditar. Qué hace el municipio con los más de 40 milones de soles que recibe de transferencia -al menos en lo que va del año- de parte del gobierno central. Por qué existe tanta obra inconclusa alargando el almanaque en diversas partes del distrito sin saber cuándo terminarán.

Y aquí, aparte del consorcio o la empresa constructora que levanta la obra del fatídico puente derribado Las Lomas -las columnas o las vigas de paso-, la municipalidad tiene que afrontar su responsabilidad política y dar una explicación contundente. Necesitamos saber cuál es el gasto que se volverá hacer. Quién responderá por ello y cuál será nuevo plazo de ejecución y culminación de esta obra.



CDH/EQM