Si me preguntan por quién debo votar en este
próximo proceso de revocatoria municipal puedo decir abiertamente que lo haré por el “No”. A pesar de los riesgos que eso implica. Y lo vuelvo a decir: el
desarrollo de Lima pesa más. Y eso creo haberlo dejado claro en un anterior artículo en el que escribí que la revocatoria era una estafa -de parte de los
revocadores- y que el proyecto Vías Nuevas de Lima, la Vía Expresa del Sur, el
cierre de La Parada, Vía Parque Rímac y la reforma del transporte, a pesar de
sus cuestionamientos, no eran poca cosa.
Ahora bien, si hablo de riesgos es porque estos
existen detrás de esas tenebrosas alianzas que no en vano han decidido unirse.
Los de “Sí” con Solidaridad Nacional y el Apra por un lado. Mientras que por el
“No”, están la mayoría de partidos tradicionales -Perú Posible, Acción Popular,
Unidad Nacional, entre otros- incluyendo los socios de Tierra y Libertad.
Pero qué ganan todos.
Si revocan a Susana Villarán el exalcalde Castañeda
Lossio creo que satisface su venganza y su hambre de poder inmediata. Alan
García con eso gana un contendor menos en las próximas elecciones y obviamente
el espacio político que cada vez se le reduce. Por el lado del “No” Perú
Posible sigue siendo el aliado de las democracias, Acción Popular lo mismo,
Unidad Nacional mantiene a sus regidores de oposición, pero Tierra Libertad,
Patria Roja y Fuerza Social se reivindican en sus luchas sociales en Lima.
Si no revocan a Susana Villarán sus aliados
de Tierra y Libertad junto con Patria Roja recibirán a cambio la educación
nacional cuando esta se municipalice el próximo año. Y el ejemplo para la currícula educativa
pudiera ser semejante a lo que sucede en el interior del país donde los mismos
de Tierra y libertad -con el padre Marco Arana a la cabeza- se oponen a la
inversión minera, no pensando en el desarrollo de las regiones sino con miras a
las próximas elecciones presidenciales.
¿Pero por qué la alcaldesa se permite ese
tipo de aliados en su entorno? Habría que preguntárselo. Lo cierto es que con los
riesgos encima sigo estando de acuerdo con los proyectos que le esperan a Lima
en la actual gestión. No soy seguidor de la alcaldesa. Creo que siempre hay que
fiscalizar las obras que haga. Ya en su
momento se puede cuestionar los contenidos de la educación municipalizada. Se
puede cuestionar después al próximo candidato presidencial y todo lo que existe
en su momento. Pero en este momento Lima no puede detenerse al capricho de unos
intereses mezquinos.
CDH/EQM
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