Todos sabemos que la revocatoria a la
alcaldesa de Lima, Susana Villarán, no es sino una estafa, una venganza de la mafia de
Comunicore –Hildebrant lo dijo en su momento-, de los transportistas como Rau
Rau o los de Orión; del alcalde de San Juan de Lurigancho, Carlos Burgos -que
no tiene una sola obra de envergadura en su distrito-.
Es la venganza de una mafia que hasta hace
poco se hizo multimillonaria alquilando puestos en La Parada y robándole los
impuestos al Estado, y por supuesto detrás, en la sombra está el ex alcalde Luis
Castañeda quien es el único beneficiado con la tragedia económica que sufriría
Lima.
Lo peor es que mucha gente lo sabe pero no lo
procesa.
No lo piensa.
Y no lo hace porque está acostumbrada al
sudor de los micros, a la pestilencia en las calles de La Parada porque creen que
así se sufre y se vive cuando se trabaja. Y claro, así ignorantes es más fácil
gobernarlos, haciéndoles escaleras en los cerros o lozas deportivas en los
terraplenes más olvidados.
Una mayoría de peruanos de “a pie” sienten
así, y se vuelven intelectualoides viendo noticiarios que cuestionan la labor
de una alcaldesa sin hacerlos pensar, desinformándolos, dándoles cada mañana
una cuota de duda pero ninguna de lucidez.
Escuchar: “…el
68% de la población aprueba la revocatoria” es lamentable y enceguecedor.
Cuál es el universo de encuestados según DATUM. ¿400, 500 personas? ¿Y de esa
cantidad el 68% es toda la población? Por qué no le dicen a los televidentes
que todo lo avanzado hasta la fecha en la gestión de la señora Villarán es más
de lo que hizo Castañeda Lossio y el mismo Andrade, de quien dicho sea de paso,
no implantó el Metropolitano en su momento -a pesar de su existencia como
proyecto- por no pelearse con los transportistas de la época.
Mucha de la prensa actual habla mucho y dice
poco. El proyecto Vías Nuevas de Lima, la Vía Expresa del Sur, el cierre de La Parada,
Vía Parque Rímac y la reforma del transporte no son poca cosa. Es la primera
vez en la historia de la capital que Lima podría estar interconectada de forma
global. El Metropolitano de Castañeda equivale sólo a uno de estas cuatro
obras.
Por qué hay que ser tan neutrales, por qué no
se toma partido y se dicen las cosas como son.
Ahora bien no es que sea partidario de la
señora Villarán, pero sí valoro una gestión que desarrolla una visión de futuro,
que se puede equivocar en ese trayecto, pero que avanza. Hubo errores en Parque
Rímac. Se tiene que superar. Se tiene que sancionar a quien sea responsable y seguir
con los proyectos.
Es bueno aclarar que la campaña del NO en
contra de la revocatoria es lamentable, pero políticamente es una respuesta de
la misma calaña de los revocadores. Marco Tulio Gutiérrez va ocasionar un perjuicio
de más de 100 millones de soles al país,
además de paralizar las inversiones, los proyectos iniciados y por sobre todo
privarle al ciudadano de la modernidad.
¿Quién puede estar de acuerdo con Marco
Tulio Gutiérrez? Los saboteadores. Los famélicos de poder, las mafias que se
enriquecen con lo ilícito de una ciudad aglutinada en el caos.
Por último si hay que criticar errores en la
gestión de la alcaldesa hay que recordar que la falta de reacción inmediata
ante hechos como el desalojo de La Parada, o el desplome de los muros de desvío
de las aguas en Vía Parque Rímac fueron vitales. Creo que Susana Villarán aprendió
la lección.
Personalmente también creo que la revocatoria no funcionará.
CDH/EQM
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