No es la primera dama quien acompaña a la ministra de Inclusión; es al revés. Carolina Trivelli es quien lleva los portafolios de la esposa del presidente interesada en el programa “Bolsa Familia” de ese país. Por qué Nadine Heredia se encarga de eso si no es funcionaria. Y como ella no es funcionaria no se le puede ni reclamar ni fiscalizar. Ese es el inconveniente. No tiene responsabilidad en actividades del Estado. Encima es ella quien lleva las invitaciones del país a las Cumbres de América del Sur y Países Árabes así como de la UNASUR. Lo que significa que los embajadores están pintados.
A un año de gobierno es claro que la señora Heredia será la sucesora de Humala. No en vano el presidente durante su discurso en Junín -donde inauguraba obras de agua potable-, dejó aflorar el subconsciente y dijo con voz de militar apasionado: “nosotros como presidentes…” refiriéndose a la primera dama.
Muy pocos se han dado cuenta de ello. Por lo tanto se deduce que quien gobierna es la señora Heredia y no el presidente. El mandatario es la voz fuerte -torpe a veces-, el que firma, pero el presidente al fin y al cabo. Los gobiernos de militares siempre han estado destinados al fracaso. Para Humala es una suerte tener a Nadine, para los peruanos es una incógnita perpetua sabér qué piensan, a dónde apuntan, porque Pensión 65 ya existía y sólo le han cambiado de nombre, lo mismo que Beca 18 y el rimbombante Seguro Oncológico que sólo el nombre les pertenece -el retractarse al decir que era para todos los peruanos también les pertenece- .
Es necesario que el ministro Roncagliolo sea interpelado para explicar estas interrogantes, a pesar de su diligencia para adelantar que viajar en el avión presidencial no le cuesta al Estado. Pero volvemos al inicio. El conflicto no es saber si cuesta o no el viaje. El problema es si debe o no viajar como funcionaria pública. Si es asi entonces le hacemos caso al patriarca de los Humala cuando dice que el delito de su hijo Alexis es apenas un pecadillo.
Tenemos la mala costumbre del sensasionalismo austero. Se quiere meter preso a Alexis Humala y no a los funcionarios del OCSE que autorizaron las contrataciones de Krasny con el Estado. Crucifican al alcalde de Supe antes de señalar a los funcionarios del MIDIS que no filtraron a los beneficiaros que, aunque no lo merecen, con justicia están en su derecho de creerse pobres. No se ha olvidado que es el presidente Humala quien debe responder por el viaje de su hermano Alexis a Rusia, porque de acuerdo a su padre, él fue quien lo envío.
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