El tema de la ideología de género parece habernos
confundido. Pero es muy simple; sí existe. A pesar que la propia ministra
Martens lo niegue, existe. Cómo no va ser cierto si el Currículo
Nacional de la Educación Básica del Minedu 2017 (pag 16) nos
quiere convencer –mintiendo de paso- de que lo masculino y femenino son
nociones que vamos construyendo día a día. Mejor dicho ¿nos quieren decir que
el género masculino o femenino es una construcción en base a experiencias? Eso
no es cierto, es una gran falacia. Pero esta simple frase de dos líneas es el
tremendo paso hacia otros fines como el matrimonio homosexual en el Perú o el
aborto libre como derecho de las mujeres. Si no existiera ideología de género
no se hubiera impreso tantos materiales como la Guía
de Educación Sexual Integral que el Ministerio de Educación pensaba
distribuir por todos los colegios, con abierta intensión de homosexualizar a la
población infantil. Intentos fallidos del mismo objetivo. También es cierto que
a nadie se enseña a ser homosexual y que el Currículo Nacional de Educación no
menciona por ningún lado ideología de género; claro, cómo va decirlo si esa es
la intensión. La homosexualidad no es el problema aquí. Si aceptamos que lo
masculino y femenino se construye en otros comportamientos que algunos mal
llaman opciones, entonces aceptamos que las parafilias son partes de los
géneros que se empiezan a construir o que se han construido a lo largo del
tiempo. Hombres con hombres, mujeres con mujeres, mujeres con niños, niño con
mujeres, hombres con animales, hombres con hombres y animales, mujeres con
hombres y mujeres, hombres con hombre y niños… ¿entonces lo aceptamos así? El
mundo tiene un orden natural que no se puede ni siquiera mover. Y en ese orden
lo que debemos es aprender a respetarnos para convivir. No entiendo por eso la
respuesta del ministro de Cultura, Salvador del Solar, quien responde una
crítica diciendo que “Cristo nos enseñó a amar sin límites”. Esa era una
respuesta preparada, lista para no ser sorprendido, como todo ministro ya debe
tener aprendido. El tema del respeto y amor hacia los demás no está en
cuestión, no tiene nada que ver con la ideología de género que se critica. Eso
se llama mentir tal como lo hace la ministra de Educación cuando dice que lo
que hay son enfoques de igualdad. ¿Acaso para buscar la igualdad de
oportunidades y derechos se necesita decir que lo masculino o femenino se
construye a diario? Nos mienten todos los especialistas que a la pregunta,
responden que se debe respetar las diferencias, evitar el bullying en colegios,
aceptar a las personas con distintas opciones, como si la sexualidad fuese una
opción. Ante una pregunta la respuesta es una verdad que no corresponde a la
pregunta. Fácil de engañar a las personas. Se nace hombre o mujer. Y claro no
se puede negar que también hay personas con orientaciones diferentes pero el
género es sólo masculino y femenino. No se puede hacer de un comportamiento un
género humano nuevo. No es a las personas que tenemos uso de razón a quien
perjudican sino a la naturaleza de los niños que están en proceso de formación.
Imponer la ideología de género es violar el derecho de los padres de familia -a
quienes nadie les consultó- a decidir el tipo de educación que buscan
para sus hijos. Por algo países como Ecuador, con Rafael Correa en su mitin del
2013 la rechazó calificándola de absurda y peligrosa y hasta de renunciar al
cargo si se aprobaba. Colombia hizo lo mismo el año pasado y no por gusto
Noruega se dio cuenta que la ideología de género en su país fue el peor error
que habían cometido. Hay que informarse más de la tremenda mentira para imponer
un experimento social que pretende desestabilizar la familia con el fin de
crear una sociedad de consumo y crisis, que tiene que ver también, con otros
temas más complicados a nivel mundial, porque la ideología de género es parte
de una doctrina mundial, que merecen otro artículo.
CDH/EQM
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