miércoles, 19 de noviembre de 2014

Siempre es el encuentro

Cuando  Vinicius de Morais –autor de la famosa Garota de Ipanema- dijo alguna vez que “la  vida era el arte del encuentro…”,  era  porque había experimentado lo maravilloso que puede ser el ser humano cuando  acepta que uno nunca está solo y que hasta el talento se debe, también al  talento del otro, porque todos somos uno. Facundo Cabral pensó igual y lo explicó  en su momento: “…nacemos para encontrarnos porque la humanidad es una sola familia”.  Ahora la frase ya es de quien  siente y acepta que es así. Por eso siempre la repito. Me pasa y la recuerdo con  los amigos del Movimiento Cultural Literario NokanchiKanchu. Un buen día a Carlos Villa se le ocurrió la descabella idea de convocar a un encuentro de  escritores, lo que sin la fonética pomposidad del nombre no era otra cosa que  reunir a gente que escribe y que practica la literatura en San Juan de Lurigancho. Fue simplemente colocar el anuncio por Facebook; pero fue su  intensión la que primó y provocó la enorme expectativa que ni siquiera él se  imaginó en el distrito. Por eso nos encontramos todos. Nos conocimos con Carlos  y por su osadía en las redes sociales conocí a Cláver Narro, esposo de Betty Ramos, amiga de Ana María Chuquimango, y todos amigos de Orlando Soto. En estas  actividades conocimos a Elcira Bustillos, a Juan Flores Arrascue, un artista de la palabra cuando  declama. Conocimos a Carlos Mejía, y Mejía una mañana va a comprar el diario a la esquina y conoce a Guillermo Silva, autor del libro de cuentos “Por un  millón de Amigos”. Conocimos a Juan Carlos Durand, a Saby Camacho, a Rosa Luz,  la gran cantante de música criolla. Ella nos lleva a “La ollita de Candela” y allí  conocemos a Luis Candela, propietario y anfitrión del restorán quien nos ofrece  unos vinos de cortesía. A todos nos sucede algo parecido. Esto ocurre en Nokanchi Kanchu. Y el encuentro este domingo fue algo de eso. Nos reunimos para afianzar más los lazos de amistad que nos motivan con las próximas actividades  que se vienen. Juntamos varias mesas, nos acomodamos, probamos el vino dulce de  la casa, luego vino el plato de fondo que era una sopa seca de tradición  chinchana y muy apetecible. De un lado a otro hicimos temas de conversación.  Fue así que durante el almuerzo la charla con Juan Villena -autor de Ojos de  Choloque-, fue sobre Dios y temas espirituales -un poco extraño aunque  interesante-. A la mitad de la mesa Carlos Villa y Rosa Luz también intervenían. Al fondo Betty, Cláver y Dolores Solórzano, comentaban acerca de la última velada poética en Villa El Salvador y algunas nuevas ideas que por supuesto no se pueden  comentar sino hacer realidad.  Guillermo en un momento de la conversación me comenta a modo personal su proyecto de seguir publicando nuevos cuentos, pero que  por algunas limitaciones necesita un editor que lo ayude a materializar lo que aún conserva en la memoria. Todos hablamos del último temblor de 5 grados, hablamos  del próximo aniversario de San Juan de Lurigancho, del Segundo Encuentro de Escritores. Pero luego de la comida y el brindis, Rosa Luz  convirtió la calmada tertulia en un alegre espectáculo  de su voz. Cantó y encantó y nadie se quedó quieto. Nos hizo cantar y bailar. Cantamos  y bailamos y animó a las otras mesas a aplaudir y participar del show; una generosidad de Rosa Luz con Nokanchi Kanchu (Nosotros somos) donde ya es una integrante  activa e importante. De pronto surgió la poesía de la mano de Dolóres Solórzano,  Saby Camacho, Juan Carlos Durand y Cláver Narro,  después Betty Ramos lució una declamación. Vinieron  las palabras de agradecimiento del movimiento. No faltaron las fotos. Juan Villena demostró que tiene bastante sentido del humor y un celular que le interrumpe los  poemas que hablan sobre la muerte. Por cierto, prometió traer la próxima semana a  Roberta, la cantante conocida como “La voz del amor”, de paso que celebramos su  cumpleaños en el mismo lugar. Y así el encuentro continúa. Crecemos y no es en  vano, nunca es casualidad cruzarse con las personas. 
Juan Villena Zárate, Efraín Quispe Melgarejo, Dolores Solórzano, Carlos Villa Valle, Rosa Luz, Cláver Narro Culque, Juan Carlos Durand, Saby Camacho y Guillermo Silva Valdelomar.
Saby Camacho y Juan Carlos Durand. A lado Cláver Narro.  


EQM

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