Cuando
el presidente Ollanta Humala anuncia que el proyecto de la Gran Transformación
se hará le guste o no a los extremistas es necesario preguntarse a qué
exactamente se refiere. ¿Al carácter de una política nacionalista que no
necesariamente significa estatización como pensaba en un inicio? Porque si
algún nombre tiene su papel en la forma de gobernar eso parece llamarse
continuismo. Humala ha sido felicitado por eso. Y si no es ese su plan a qué se
refiere entonces el mandatario. ¿Tendrá pensado volver a su plan de gobierno inicial?
Alguna
vez dijo que ya bastante había cedido con dejar que le impongan al presidente
del Banco Central de Reserva y al ministro de Economía. Pero su anuncio es
extraño. Coincide con las declaraciones de su padre. Don Isaac Humala también
dijo, entre tantas declaraciones, que el gobierno de su hijo iba a fracasar
porque ya estaba previsto. Y que una vez que eso pasara, en medio del caos y el
fracaso del manejo trashumante de una derecha –con la que se comprometió en un
trueque para llegar al gobierno-, recién el presidente Humala saldría victorioso
a gobernar con su plan de gobierno inicial.
En
el terreno obligado de las especulaciones, si eso fuera cierto sería grave. El
país está sumido en medio de incontrolables conflictos mineros creados por el
mismo presidente Humala. Ahora se le reclama todas las promesas que
irresponsablemente hizo. El sector Justicia está crisis, el sector Salud igual,
Educación e Interior. ¿Estaría Humala esperando ese fracaso anunciado a través
de ese mutismo absoluto? Si es cierto Humala será responsable de las
muertes de todas las personas en las manifestaciones antimineras, de todos sus
heridos, así como de todo el caos provocado por su ambición de llegar al poder
y a través de una alianza secreta.
Gregorio
Santos ha ocupado el lugar de Ollanta Humala. Será el nuevo candidato o el
dirigente de un nuevo partido político que ha descubierto el mismo nicho que
encontró Humala con las grandes minorías. El presidente Ollanta Humala es el
maestro de Santos. Lo que es cierto es que el presidente aún no maneja ni
lidera el gobierno. Cada quien hace lo que mejor le conviene y eso se refleja
en la renuncia de los congresistas nacionalistas Rosa Mavila y Javier Diez
Canseco.
Gana
Perú es un desgobierno absoluto. Los senderistas acaban de entrar otra vez al
complejo de TGP como en su casa -en Kepashiato- y le deshacen el titular al presidente
Humala que está en Chile. El ministro de Energía y Minas, Jorge Merino, dice
que la incursión terrorista fue apenas una visita. ¿Quién asesora al ministro? El
premier Oscar Valdés despotrica y se pelea por twitter con Gregorio Santos. ¿Qué
tipo de política practica el presidente del Consejo de Ministros del Perú? Hay un
grado de ineficiencia en el gobierno de Humala que de seguir se convertirá en
incapacidad para los que como el mismo Humala en su momento supieron aprovecharse
de la expectativa social.
Santos ya pidió que el presidente se vaya a su casa.
Por eso es investigado de oficio por la fiscalía. Tal vez corra la misma
suerte que Óscar Mollohuanca. De ser así terminarán haciéndole el juego a los
extremistas y Humala habrá vuelto a descalificarse.
CDH/EQM
No hay comentarios:
Publicar un comentario