jueves, 2 de febrero de 2012

Sendero Luminoso, MOVADEF y el Estado

Debo confesar que en el oficio de trabajar con noticias a diario muchas veces uno se acostumbra a no sorprenderse. Pero los últimos testimonios de Melinda Aranda Córdova, así como los de Noemí Quispe Díaz, jóvenes integrantes del MOVADEF convencidos de que terrorismo no es otra cosa que un invento para reprimir los reclamos de la gente pobre causan pavor. Pero no porque que hablen con tanto convencimiento de un tema que ciertamente desconocen sino porque ante esas burbujas de convicciones que les han creado -propio de aquella escuela terrorista de Sendero Luminoso y similar a los entrenamientos de Al Qaeda a niños de 9 años en Bagdaj- como Estado no sabemos ni tenemos la capacidad de afrontarlo. Lo cual nos hace vulnerables, frágiles en eso que llamamos inseguridad nacional.

Los integrantes del MOVADEF acaban de desistir de su intento por convertirse en partido político ante el Jurado Nacional de Elecciones. ¿Por qué? Porque ya era claro que la respuesta iba ser negativa. Porque miles de jóvenes salieron a las calles a marchar dejando en claro que muchos no nos olvidamos del espanto de la época del terrorismo. Porque esa campaña por infiltrarse en la política, con gente joven resultó catapultando la etiqueta del MOVADEF a nivel internacional, pero a la vez poniendo en alerta al 85% de la población y todas las instituciones del país que mostraron su rechazo, tardío, pero rechazo al fin y al cabo, y pusieron al descubierto –junto con el nerviosismo del JNE en su primera reacción- que el MOVADEF es lo mismo que Sendero Luminoso.

Estoy convencido que a los jóvenes integrantes del MOVADEF no se les puede privar de la libertad de expresarse. Pero en todas las entrevistas que les han hecho todos han creído que les podían ganar la discusión sólo porque esos chicos –como los llamaban- pertenecían al MOVADEF y creían en Abimael Guzmán como un líder político perseguido por sus ideas. Claro y debe ser terrible dejarlos hablar hundiéndo la llaga entre las 69 victimas despedazadas de Lucanamarca, los muertos de Tarata, o el atentado en Frecuencia Latina. Pero el invitarlos a una tribuna en la televisión implica -además de rating- la responsabilidad de victimizarlos. En qué parte del mundo dice que la prensa no puede dejar de invitar a alguien. ¿La televisión estadounidense podría invitar a un seguidor de Bin Laden para decir que el atentado a la Torres Gemelas es el resultado de una guerra y que Laden es un luchador social? –El ejemplo es de Augusto Thorndike-.

Nunca se debió invitar a Alfredo Crespo, abogado de Abimael Guzmán, a la televisión; pero los medios son dueños de sus titulares. Los argumentos de Crespo eran los de un ebrio. Sendero Luminoso vestido de MOVADEF ha tenido que atemorizar al Jurado Nacional de Elecciones para que el Congreso tenga que proponer –sólo proponer- una Ley específica para impedirles su carrera. Algunas instituciones por sí mismas no funcionan. Los terroristas con el discurso de Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales han llegado a debatir en universidades sus ideas retrógradas de amnistía, han recolectado según ellos, 360 mil firmas de adherentes -entre falsas y quien sabe cómo-, lo que implica una organización mucho más disciplinada que el propio Estado con sus partidos políticos en los últimos veinte años. Eso es lo más indignante. Que el MOVADEF haya desistido de convertirse en partido no es una gran noticia, por el contrario es una amenaza, una incógnita coincidente con su incursión en Campanilla.
Por último la pregunta también es cómo llega a este tipo de situaciones de vulnerabilidad en la mente de muchos jóvenes. ¿Cómo se separara la abierta apología terrorista de la ideología que piensa que los pobres son buenos y los ricos todos son malos? Hay una tremenda pasividad que se vuelve cómplice de esa inseguridad nacional que no sólo atemoriza con bandas de delincuentes, narcotraficantes y terroristas, sino con la formación psicológica de la nueva generación. Crecer creyendo que no se puede alcanzar cosas porque se es pobre también es un tema de inseguridad nacional, al menos en el interior del país, donde se hierve el caldo de cultivo de las inconformidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario