El pasado 3 de marzo se presentó un libro que por estos días es de suma importancia para quienes creemos que nuestro voto es imoprtante. Se trata de Anticandidatos. Guía Analítica para unas Elecciones sin Partidos, compilación de una serie de estudios que buscan mostrar y en todo caso explicar cuál es la esencia de los llamados partidos políticos u organizaciones que de la noche a la mañana se convierten en políticas y que ahora participan de la elecciones, publicada por el sociólogo e investigador Carlos Meléndez.
Qué hay detrás de las llamadas alianzas electorales, qué cosa se negocia, cómo funcionan, son algunas de las preguntas que el compilador se hace y nos da luces de lo que sospechamos, o sabemos, o que algunas veces conocemos e ignoramos porque es más cómodo identificarnos con la mayoría.
Por lo mismo me parece interesante compartir la nota de un diario en el que se hace un comentario de introducción a lo que trata el libro cuando dice que: No existen partidos, pero las funciones necesarias para la disputa política se siguen cumpliendo.
La personalización de la política ha llevado a la difuminación de las distinciones programáticas. Pero este personalismo paradójicamente no se basa en personalidades fuertes o significativas, sino en imágenes dependientes de lo que se puede mostrar como capital electoral (por ejemplo, gestiones anteriores u honestidad).
Se mantienen un grupo de leales alrededor de estas figuras como una suerte de mínimo requerido para sobrevivir durante las épocas no electorales, cuando no abundan los ayayeros u oportunistas. A partir de este núcleo, todo se negocia: desde "escuderos" (la lista parlamentaria de Solidaridad Nacional) y aparatos clientelares atomizados (la contribución de Acuña a PPK), hasta equipos de programas de gobierno (Ciudadanos por el Cambio con Humala y Todos por el Perú con Castañeda).
Con ello se explican las 11 candidaturas que tenemos al frente, pero también los ausentes (como el APRA). Y todo ello en un contexto en el que el poder de los medios aumenta conforme disminuye el de los partidos, y en el que el juego electoral se rige desde Lima casi mirando de reojo las rutas del interior del país.
¿A cuál anti-candidato elegirá usted el próximo 10 de abril? Aún hay tiempo para buscar el libro.
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