Desde ayer hasta hoy la noticia de la construcción del Gasoducto del Sur hace que muchos elogien la labor del Ejecutivo. Y tal como lo prometió el presidente Ollanta Humala en Quillabamba: Habrá combustible más barato, especialmente para la macrorregión sur. Se generará automáticamente alrededor de 40 mil puestos de trabajo –entre directos e indirectos. Se construirá una planta envasadora de gas, además de una termoeléctrica y un gran hospital para la población cusqueña.
La noticia no es mala por el contrario es positiva. Pero son pocos quienes han señalado los riesgos de un proyecto que tiene la sensación de ser apresurado. Hace un momento Daniel Saba, el ex presidente de Perupetro, ha declarado que el único gas que podría pasar por el Gasoducto Andino del Sur es el proveniente del lote 58, operado por Petrobrás, pero también ha sido claro en señalar que no se sabe si las reservas son suficiente para abastecer el proyecto.
"El único gas que podría pasar por allí es del lote 58 que es de Petrobrás, salvo que pase también del lote 57 que tendría que llegar a un acuerdo entre Petrobrás y Repsol. Ahora, si el gas del lote 58 es suficiente para abastecer el sur y una planta petroquímica, eso no se sabe”.
Recordemos que Cecilia Blume, ha declarado que Odebrecht y Conduit invertirían en el ducto aproximadamente 2000 millones de dólares, y se necesitan, cuando menos, 5 trillones de pies cúbicos de reservas para justificar su construcción. Estas vendrían de los lotes 57 -de Repsol y Petrobras-, y 58 –de Petrobras- pero como no se han probado hasta el momento no se sabe si existen.
Blume señala que Braskem o la empresa coreana SK podrán ser quienes instalen la planta petroquímica para la producción de etanol, pero son proyectos demasiados costosos, que comparándolos con los precios del gas en el mercado no serían rentables, además que los procesos reducen el valor calórico del gas, lo que significa que se necesitaría mayor volumen del gas para su uso dentro de una planta termoeléctrica.
Si el polo petroquímico que pretende impulsar el presidente Humala en el sur del país es un proyecto basado en el etano habría que calcular qué porcentaje de etano tiene el gas del lote 58 para saber la cantidad de gas que se necesita para el Gasoducto del Sur, y eso no lo ha dicho el mandatario ni el ministro de Energía y Minas.
Por otro lado no hay olvidarse que el presidente Humala en esa aparición algo producida que ofreció en el programa Panorama afirmó que luego de una renegociación con el consorcio Camisea -sin patear el tablero y sin medidas de fuerza- se había recuperado el lote 88 para el mercado interno. Lo que no dice el jefe de Estado es qué cosa se ha cambiado dentro del contrato de Camisea y qué cosa ha entregado el país a cambio de esa recuperación. Cuáles son los términos de ese acuerdo que ha tomado meses y que de pronto parece ser sacado de la manga.
Se necesita saber cómo se va financiar el proyecto, de dónde saldrá el dinero, qué papel tendrá Petroperú dentro del mismo, ya que siendo una empresa estatal, será sólo veedora o aportarte, y si lo es con cuánto es que contribuirá en la inversión. De qué manera y bajo qué acuerdos Petróleos de Venezuela (PDVSA) ingresará en el Gaseoducto del sur.
No bastan los anuncios cosméticos de la noche a la mañana. Se necesita mayores explicaciones para que la noticia, además de impactante, tenga la contundencia de un proyecto responsable y necesario para el país.
CDH/EQM
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