miércoles, 28 de octubre de 2009

Pandilleros asesinos

Señor Ministro del Interior Octavio Salazar. Los barristas que hace días originaron la muerte de la joven contadora María Paola Vargas, no son barristas. Son asesinos, criminales, homicidas o parricidas. Cualquiera de estos sinónimos.

Pero no.

Usted los trata con respeto, con gentileza cándida que la verdad, cuando lo vi en televisión -se me amotinaron las tripas-, pensé que se iba a referir a esos salvajes con el rigor de un militar viejo verde -por el color del uniforme-; pero tampoco.

Nuestro problema en éste país es que somos buenitos -por eso que estamos verdes-. Somos tan buena gentes -como los bomberos- que al final nos agarran de cojudos.

Y hay que ser bien iluso para decir que los barristas presuntamente involucrados en el violento ataque que causó la muerte a la joven contadora, deben entregarse porque serán identificados y capturados.

¿Cuándo en la historia de nuestra fauna silvestre un barrista o barrabravista, piraña o tira piedra de barrio que se haya robado un par de zapatillas se ha entregado a la justicia?

Si un choro-monse-  no lo hace menos lo va hacer un presunto implicado de asesinato, que ni siquiera el ministro Salazar sabe si son implicados porque recién van a investigar. Y se van a entregar...

-Jefe... nosotros tábamos cerca de ahí pe... queremos que nos investigue... -siga esperando señor ministro.

Y para remate, le dice a los padres de la víctima -para agarrarlo a palos- que la Policía Nacional del Perú ha organizado un equipo que trabaja para dar con los "sinvergüenzas" que causaron la muerte de su hija.

¿Sinvergüenzas? -¿bien sano ah?-.

Sin-vergüenza hay que ser para ponerse los pantalones y proponer: Aquí la chamba es para la tropa, que salgan los militares y se levanten a todos los pandilleros miserables que nos destrozan la vivienda a pedradas y nos dejan como pirata con un solo ojo por salir y ver quién tiró la piedra. A esos que apenas acaba un partido se levantan todo lo que encuentran a su paso, y todo mundo tiene que esconderse como lo hacen los cuyes cuando el chamán del norte los mira antes de hacerse una limpia.

Los barristas que matan son asesinos. Los que acuchillan a quien encuentran a su paso porque nos les gustó su cara, porque de casualidad se aparecieron en su camino y les abrieron el cuerpo con machete así sean adolescentes merecen castigo. Por qué no los enmarrocan a todos en fila de paredón y los hacen sudar haciendo carreteras en la sierra.

Es cierto que seguro saldrán los ciprianis a proclamar sobre los derechos humanos, a decir que pobrecitos, que son jóvenes y que la falta de trabajo los indujo, que la violencia familiar, el Estado, la sociedad...

¿Y los derechos del ciudadano? ¿los derechos al libre tránsito después de un partido de fútbol?

Esos sinvergüenzas son asesinos; criminales a secas.



CDH/EQM

martes, 27 de octubre de 2009

Un psicosocial pulmonar

Estos días tuve la mala suerte de oír al Presidente Alan García expresar su abierta indignación -a una travesura, porque al final este tema no es más que eso- una travesura publicitaria que la empresaria Susan Hoefken urdió para publicitar -valga la rebuznancia- su exhibición titulada: "El cuerpo humano. Real y fascinante" -y donde no he visto un sólo cuerpo de mujer.

Pero... poishito Alan, cómo sufría por el pulmoncito…

“¡Qué crueldad! ¡Qué maldad!. -se jalaba los pelos-. Todo para ganarse cuatro billetes -que a él le sobran-. Ojalá renunciara a la nacionalidad peruana esta persona porque no se lo merece -decía con estilo novelero, hipnotizando a todos los periodistas a su alrededor y a mí que estaba por moquear-. La Constitución puede decir lo que sea pero en mi corazón -¿tenía?- yo pienso que quien hace ese daño al país no merece llamarse peruano”.

Ya se resintió de nuevo don Rómulo...

Ya púes tío Alan no me estafes... y eso va para todos los noticiarios y en especial para la tía Rosa María Palacios -que dicho sea de paso es bien aburrida-.

Pero qué manía para darle con el rollo a cada rato, como si fuera una novedad que en un país de Latinoamérica se robaran un pulmón de plástico. Con la cantidad de peperas que hay...

Y no es que crea que Susan Hoefken hizo bien al tramar un robo con fines marketeros; me parece genial. Claro, toda genialidad nunca es entendida, y por el contrario, deberíamos aceptar públicamente -que es lo más caballero cuando uno está con roche- que a todos nos hizo cholitos y caímos redonditos en la trama.

El problema de Susan Hoefken no es que nos haya hecho quedar mal en el extranjero -eso es un cuentazo, como decía Esopo-. El problema es que aquí, los medios de comunicación masivos no le perdonan el ridículo que la joven empresaria les ha hecho pasar al hacerles seguir el juego como tarados. Claro, como aquí todos los tarados... perdón, los ampays baratos y escandaletes de callejón nunca son gratis o nunca se les imponen a los medios...

Y nuestro Presidente que es un ducho sabueso y cien veces más marketero que la Hoefken, no perdió la oportunidad de voltearle la torta y pedir que renuncie a la nacionalidad peruana por el daño que le ha hecho al país.

Un poco más y me recibo de plañidero. A ver por qué no pidió lo mismo para el dueño de la página web que puso en venta el Congreso de la República semanas atrás. ¿Acaso ese tipo de marketing no es igual de grave desde el punto de vista sufrible de nuestro Presidente?

Se vende el Congreso del Perú porque está lleno de ratas, de corruptos, de violadores, de plancha camisas, lava pies, mata perros, roba luz...

A ver por qué no hablamos mejor de las denuncias en las que el APRA pagó a Business Track para chuponear a Ollanta Humala -un marketero barato de la inconformidad popular, pero más huachafo y chavista de paso- en plena campaña electoral del 2006.

¿Ya ves tío Alan?

Pero ya sabemos. Todo tipo de escándalos que se puedan hacer en estos días valen. Y mucho porque los petroaudios están que se aguantan con eso, quieren salir y hay que aguantarles la tapa con lo que sea.


CDH/EQM

lunes, 26 de octubre de 2009

¿Por qué Cortinas de Humo?

No sé ustedes, pero todos las días, este escriba sí que se siente irritado -en la parte irritable de uno cuando se sienta- con cada noticia fofa que se pone de moda en en este sufrido país.

-A ver, examen rapidito...

Ustedes están en internet a punto de meterse al sobre, apoyan el codo en el teclado quemando pestaña listos para apagar el CPU del cerebro y de casualidad coinciden con este blog que se abre -como alguna de las damas de la cuadra 23 de la arequipa-. Miran la fotito, reconocen al personaje, se enganchan con mi rollo y en vez de reirse se mueren de cólera. Ajá... entonces, sí sienten como uno la misma repulsión que se merece la sarna, entonces estamos de acuerdo.

Y escribo esto porque, tenía todo el entusiasmo de comentarlo en el austero espacio radial que cada domingo lo oían apenas unos amigos míos y mi familia, aquí en San Juan de Lurigancho -...eso si es que tenían suerte de encontrar el dial-, pero con tal de colaborar en el desasnar de la sociedad no importaba que tres gatos me oyeran.

Eso tenía pensado.

Pero dos semanas atrás en esa pobrísima emisora (...shhh ...se llama Radio Fénix) no había un sólo micrófono porque el dueño se los había llevado -nadie sabe a dónde- sin que le importaran los conductores que hacían programa un domingo por la mañana.

Una semana atrás, el programador no estaba y nos quedamos en la puerta esperando que nos la abrieran y que el programador apareciera -hasta hoy está llegando... y eso que no les cuento las veces que uno aparecía en la cabina y no había sillas, o cuando uno estaba al aire un cuarto de hora y resulta que los micros estaban desconectados o mandaba la pausa comercial y el programador estaba roncando la mona y uno tenía que improvisar para no dejar que se oigan los ronquidos en medio distrito-, así que creo que esta semana no habrá programa -porque no iré- ...y eso, de seguro que al dueño de la radio no le interesa ni tres pepinos- igual a mí tampoco-, por lo que mis comentarios se derivarán a este espacio que me parece más respetuoso para mi hígado.

Y se llama Cortinas de Humo. Primero, porque después de pensar tres días en el nombre no se me ocurrió nada -como es de costumbre-, hasta que una tarde a un criminal se le ocurrió fumar a mi lado y me ahogó las ideas de la cabeza. Tremendo salvaje. Pero se merece el cielo porque resumió de forma intoxicante todo lo que pasa alrededor nuestro en estos días. Puro chupete de colorante, irrespeto absoluto con el soberano que ve la televisión abierta y tiene que tragarse el sapo de los noticiaros y hasta del presidente Alan García cuando nos mete el dedo haciéndonos creer que todo lo que dice es cierto.

-¡...Y nosotros le creemos, señor Presidente! - como decía la imitación del Alejandro Guerrero-.

Bien decía David Zubiate: ¡No a la estafa!

Cuánta razón tenía.

...¿Cómo? ¿Que Susan Hoefken no merece ser peruana? Ah... sí, sí. Métanle palo por pinocha. ¡A la pira! De paso a todos los que usan condón y pastillas del día siguiente por cochinos y asesinos mata bebés... Qué se creerán...


CDH/EQM